martes, 11 de diciembre de 2007

No se lo digas a nadie - Harlan Coben


Durante trece años, Elizabeth y David Beck han acudido al lago Charmaine para dejar testimonio, en la corteza de un árbol, de un año más de felicidad. Ya no es así. Ése fue el último año. Han pasado ocho años, pero el doctor David Beck no consigue sobreponerse al horror de semejante desgracia porque, aunque Elizabeth esté muerta y su asesino en el corredor de la muerte, aquella última cita puso fin a algo más que a una vida.La repentina aparición en su ordenador de extraños mensajes junto al rostro de Elizabeth abre brutalmente las viejas heridas, la inevitable necesidad de descubrir la verdad.

La novela policíaca que está publicando RBA de unos años a esta parte es un auténtico banquete para amantes del género, ya que es una cuidada selección de los autores más importantes a nivel internacional, deliciosos manjares literarios que se devoran sin pausa y sin ese regustillo culpable que nos provocan los best-sellers más sensacionalistas. Porque lo cierto es que casi todos los escritores de novela negra publicados en esta editorial han sido galardonados y reconocidos de diversas maneras y además, se nota.

Hablamos de gente como Dennis Lehane (adaptado a cine por Clint Eastwood en "Mystic River" y por Ben Affleck en "Adiós, pequeña, adiós", Val McDermid, Peter Robinson, Ian Rankin (su inspector Rebus tiene su propia serie televisiva), Pierre Frei y desde luego Harlan Coben, de cuya obra voy a hablaros hoy. No haré una exposición general de la serie protagonizada por el agente deportivo Myron Bolitar, que todavía no he tenido el gusto de leer, sino de uno de sus primeros libros publicados en España con un sugerente título: "No se lo digas a nadie".
Empecemos por la historia en sí, cuya sinopsis encabeza esta crítica. No se puede negar que la mezcla de dos temas tan poderosos como el amor y la muerte resulta atractiva para casi todo el mundo y éste es el acierto inicial de la novela. Los protagonistas viven una historia amorosa apasionada y eterna, pero la muerte de ella, tan repentina como inexplicable, deja un marido inconsolable que para más inri, está atormentado por una serie de mensajes que aparecen en su ordenador; mensajes que le conducirán a una desesperada búsqueda de respuestas y le enredarán en la más inesperada de las marañas conspiratorias.

Ya desde el principio de la novela, Coben demuestra una gran capacidad para manipular a su antojo al lector, sirviéndose para ello de abundantes giros, sorpresas y golpes de efecto. Más de uno pensará que un buen escritor no necesita tales trucos para ofrecer una buena historia y en realidad, puede ser cierto o puede no serlo, porque la correcta utilización de estos recursos y el saber cómo, cuándo y dónde colocarlos no es sólo una muestra de habilidad literaria, sino también una manera de esquivar el aburrimiento que puede suscitar un autor del tipo, por ejemplo, de Henning Mankell (que, por otro lado, me parece un autor muy interesante). El impaciente encontrará pocos momentos de respiro en una novela en la que se suceden las revelaciones inesperadas y el exigente quizás se vea un poco desalentado por la prosa llana de Coben, que, a decir verdad, no escribe como para echar cohetes. Las obvias deficiencias en estilo y en cohesión entre capítulos se ven en cierta medida compensadas porque la historia no está nada mal y el tercio final es sustancialmente mejor que el resto de la novela. La trama se resuelve con bastante solvencia, no habiendo lugar a la decepción. Podíamos decir que, en definitiva, Coben da lo que ofrece, que es una cabal novela policíaca, sin salirse de los márgenes más habituales del género. Sin embargo, no deslumbra.

DATOS DEL LIBRO

TÍTULO: "NO SE LO DIGAS A NADIE"

AUTOR: HARLAN COBEN

EDITORIAL: RBA

AÑO: 2002

PUNTUACIÓN*** ( TRES DISPAROS)

miércoles, 14 de noviembre de 2007

Inmoral - Brian Freeman


El teniente Jonathan Stride está sufriendo un desagradable episodio de déjà vu. Por segunda vez en un año, una guapa adolescente ha desaparecido de las calles de Duluth, una pequeña y apacible ciudad a orillas de un lago. Las víctimas no pueden ser más diferentes; primero fue la dulce Kerry McGrath y ahora se trata de Rachel Deese, una chica problemática y seductora.
Los medios presionan a Stride para que capture a lo que consideran un asesino en serie, pero él, atormentado por la pérdida de su mujer y por su incapacidad para resolver el caso de Kerry, no cree que la solución sea tan sencilla. De hecho, según va desvelando los entresijos del caso de Rachel, advierte que se trata de algo mucho más complejo y maléfico.

Éste constituye mi primer encuentro con Brian Freeman, autor nominado al Gold Dagger y publicado en España por la colección La Trama, perteneciente a Ediciones B. Desafortunadamente, el gancho comercial de la novela reside en vendernos "originalidad", con lo que desde el primer momento se comienza con una expectativa que no tardará en verse defraudada al reconocer muchos elementos ya leídos en otras historias de parecida índole. Tampoco esto quiere decir que el libro sea malo; al contrario, en su doble naturaleza de best-seller y novela intimista, convence con una trama muy inquietante, incluso adictiva en su recta final. Ahora bien, es evidente que el autor conoce a la perfección todos los mecanismos para mantener al autor en vilo, lo cual consigue holgadamente con una historia muy intensa que nos presenta a una femme fatale adolescente (la desaparecida Rachel, auténtica protagonista de la historia), un trasunto perverso y sexual de la "Laura" de Preminger o de la "Rebecca" de Du Maurier; su sombra, ya sea viva o muerta, planea sobre toda la novela con rara persistencia.
Lástima que, por el momento, todo el conjunto tenga un olorcillo a refrito, a digestión de todos los autores de policíaca en boga (desde Michael Connelly hasta Dennis Lehane pasando por Henning Mankell o Val McDermid) y desde luego, la prosa desfallece a menudo, cargada de tópicos como ese policía viudo y su relación relámpago con la profesora o el juicio sensacionalista. Todo lo que le falta a Freeman en cuanto a estilo lo suple con cierta maña, reteniendo a lectores más y menos exigentes a merced de su historia y su protagonista. Lo mejor, sin duda: la división de la trama en dos partes, la época en que desaparecen las adolescentes y, años después, la solución final del misterio que se revela tan lógica como satisfactoria para los amantes de los rompecabezas bien armados. La novela ideal para una aburrida tarde de domingo.
DATOS DEL LIBRO
TÍTULO: "INMORAL"
AUTOR: BRIAN FREEMAN
EDITORIAL:EDICIONES B
AÑO: 2007
PUNTUACIÓN**** ( TRES DISPAROS)

jueves, 18 de octubre de 2007

El camino blanco - John Connolly



"En Carolina del Sur, un joven negro se enfrenta a la pena de muerte acusado de haber violado y asesinado a Marianne Larousse, hija de uno de los hombres más ricos del estado. El caso, que nadie quiere investigar, hunde sus raíces en un mal que se remonta a un pasado remoto, el tipo de misterio que se ha convertido en la especialidad del detective Charlie Parker. Éste ignora que está a punto de sumergirse en una auténtica pesadilla y de introducirse en un escenario teñido de sangre en el que se mezclan el espectro asesino de una mujer encapuchada, un coche negro que espera a un pasajero que nunca llega, y la complicidad tanto de amigos como de enemigos en los sucesos que rodean la muerte de Marianne Larousse. Más que una investigación, es un descenso a los abismos, un enfrentamiento con las fuerzas oscuras que amenazan todo aquello que Parker ama."



Connolly, autor que entró en el género policíaco-esotérico con la primera novela de la serie Charlie Parker, "Todo lo que muere" me interesa lo suficiente como para estar ojo avizor cada vez que publica un trabajo nuevo. Por desgracia, a medida que el autor americano se desmarca de la novela negra sureña y entra en terrenos que podíamos considerar como de fantasía, empieza a perder parte de su fuelle literario, a causa de unos argumentos enmarañados que mezclan a Satán con la mafia, las reliquias históricas con los ángeles caídos, bellas torturadoras con guerras entre el Bien y el Mal, así, con mayúsculas. Pero todavía, "El camino blanco" conserva la curiosa magia que desplegó Connelly al principio de la serie: una fórmula vudú que conjuga el ambiente fanático, asfixiante de Carolina del Sur, torturados y complejos personajes, apariciones fantasmales, psicópatas aterradores y sangre, mucha sangre humana. Con un potentísimo flash-back en el que se narra la quema de un pobre hombre por parte del Ku Klux Klan, Connolly retoma los cabos sueltos que ya dejara en "Todo lo que muere" y "Perfil asesino" y rescata al carismático Reverendo Faulkner, uno de los serial killer más atroces vistos en novelas de esta categoría (a Hannibal Lecter me remito). Esto quiere decir que, lectores que tengan interés por familiarizarse con el autor, deberán empiezar por el primer libro, ya que los volúmenes que componen la serie no se pueden ni se deben leer de forma independiente.
Volviendo a "El camino blanco", Connolly magnifica sus mejores recursos aquí: tanto la descripción de atmósferas y paisajes con malsano detallismo (las correspondientes a los pantanos consiguen realmente meter al lector entre los hediondos vapores y la vegetación podrida del lugar) como unos diálogos espléndidos -la entrevista de Charlie Parker con Faulkner es antológica- y la irrupción de elementos sobrenaturales que fuera de rebajar el tono de la novela, acrecentan la sensación de misterio y poderes más allá de la comprensión humana que el autor lleva insinuando desde que comenzó la serie. Lástima que la lectura avance en ocasiones a trompicones, detentando las debilidades de una ambición narrativa muy gruesa, que quiere abarcar demasiado y finalmente se queda corta. A Connolly le pierden las tramas arácnidas, con lo que le cuesta mucho recoger los hilos que ha ido desperdigando a lo largo de sus novelas. En "El camino blanco" lo consigue con mayor prestancia que en sus anteriores novelas y nos cierra la historia con limpieza y sin dolor, dejando el buen sabor de boca de una lectura satisfactoria, incluso emocionante.

DATOS DEL LIBRO
TÍTULO: "EL CAMINO BLANCO"
AUTOR: JOHN CONNOLLY
EDITORIAL:TUSQUETS
AÑO: 200
PUNTUACIÓN**** ( CUATRO DISPAROS)

lunes, 15 de octubre de 2007

Berlín 1945 - Pierre Frei


Berlín, 1945, los aliados se reparten la ciudad. Ben, un muchacho de quince años que vive cerca de la estación de metro Onkel Toms Hütte, uno de los barrios ocupados por los norteamericanos, encuentra el cadáver de una joven brutalmente torturada y estrangulada. El inspector Dietrich a cargo del caso pronto comprende que se trata de un asesino en serie.En una ciudad desgarrada por la guerra que, poco a poco, está recobrando el aliento, mueren de manera misteriosa cuatro jóvenes rubias de ojos azules. Las conmovedoras historias que preceden a sus trágicos destinos hablan de un coraje inquebrantable y una insaciable sed de vida...Pierre Frei retrata con auténtica habilidad el clima de la época, los anhelos, los conflictos de conciencia y las agridulces visicitudes. Una novela escrita con elegancia, que fascina y conmueve desde la primera página.

"Berlín 1945" son cinco narraciones rojo sangre sobre un fondo gris acero. La historia de un psychokiller terriblemente sádico que asesina mujeres rubias en el Berlín de la postguerra no sería más que una mediocre y efectista novela policíaca si no fuera por la tremenda reconstrucción literaria de la época, de la ciudad y de los personajes que respira vida y dramatismo por los cuatro costados. Frei es tan ambicioso en este aspecto que acaba renunciando a la historia criminal propiamente dicha; aunque está presente a lo largo de toda la novela, el cuerpo de la misma pertenece al fresco histórico, tan bien ensamblado en los relatos de las 5 víctimas del asesino, mujeres violadas, fugitivas, desesperadas, miserables y heridas. Como redentor de esas cinco almas oscuras, el inspector Dietrich, un débil eslabón en la cadena burocrática que se mantiene en precario equilibrio entre colaborar con las fuerzas aliadas que han trastocado el orden social y obedecer a sus antiguos métodos.
Como único remanso para un retrato intenso sobre el que planean los fantasmas de la angustia, el derrotismo y la voluntad de supervivencia a pesar de todo, se desarrolla un sector de la narración protagonizado por un atolondrado jovenzuelo que encuentra el primer cadáver. El aire fresco que proporcionan sus divertidas andanzas, al alimón del nuevo régimen, ofrece algunos de los pocos momentos distendidos de una lectura compleja, multifacética y casi siempre poderosa, una novela que se lee con avidez y se queda a formar parte del imaginario íntimo del lector.

DATOS DEL LIBRO
TÍTULO: "BERLIN 1945"
AUTOR: PIERRE FREI
EDITORIAL: RBA
AÑO: 2005
PUNTUACIÓN**** (CUATRO DISPAROS)

lunes, 8 de octubre de 2007

El camaleón - Peter Robinson



El número 35 de una calle cualquiera, hay una casa cualquiera que pertenece a una joven pareja cualquiera. Pero está a punto de convertirse en tristemente famosa. Cuando los agentes de policia Janet Taylor y Dennis
Morrisey son enviados a la casa para atender un caso de violencia doméstica, tropiezan con una espantosa escena. Una escena que conlleva la muerte de uno y la lucha por la propia vida y carrera del otro.

Palabras mayores. El afortunadísimo cóctel de suspense, drama y terror que conforma el corazón negro de esta novela tiene los elementos necesarios para quedarse a vivir en la cabeza del lector con el persistente aroma de un clásico.
Lo de Peter Robinson es un descenso en toda regla más allá de los infiernos. Es verdad que, con la historia de un asesino en serie en la más rancia tradición de los Gacy, Gein, West, Dutrou o Chikatilo de este mundo, el escritor apuesta por un tipo de novela que puede desembocar fácilmente en el pseudogore y en el tremendismo. Pero Robinson es un escritor lo suficientemente listo como para rehuir las tentaciones y centrarse, no sólo en el retrato macabro del protagonista y su sótano sino también en la manera en que el Mal, extendiéndose en ondas concéntricas, puede afectar al pasado, presente y futuro de todos aquellos que han rondado su sombra.
El libro se lee de un tirón gracias a su estructura fragmentada que recoge los hilos de varias investigaciones simultáneas y está muy bien llevado con un ritmo constante y dinámico. No pueden faltar tampoco los personajes atormentados y/o en crisis personal; desde el inspector Banks, protagonista de la novela, que mantiene un tira y afloja amoroso con una colega profesional mientras sigue pensando en su ex hasta el desmoronamiento de la policía Janet Taylor, que ha visto morir a su compañero en sus brazos sin poder hacer nada por remediarlo. La trama criminal horroriza y fascina a partes iguales; el catálogo de brutalidades que llegan a relatarse en relación al caso no es apto para corazones débiles ni sensibilidades irritables. Y con el logro añadido de que la tensión se mantiene a pesar de saber quién es el asesino desde casi el principio de la novela, un asesino que resulta ser un enigmático rompecabezas cuyas piezas clave deberán buscar los investigadores concienzudamente, ante la sospecha de la existencia de un cómplice.
En fin, qué decir de una novela policíaca en cuya elaboración se debieron haber alienado los planetas, porque lo tiene todo. Teniendo en cuenta además que viene del privilegiado y siniestro cerebro de un escritor cuyo talento no hace más que crecer con los años.
DATOS DEL LIBRO
TÍTULO: "EL CAMALEÓN"
AUTOR: PETER ROBINSON
EDITORIAL: RBA
AÑO: 2004
PUNTUACIÓN****** ( SEIS DISPAROS)

jueves, 20 de septiembre de 2007

Retrato en sangre - John Katzenbach

"No era un viaje normal por carretera…Miami, Nueva Orleans, Kansas City, Omaha, Chicago, Cleveland. Un hombre, una mujer, un coche y una cámara fotográfica. Él secuestra, mata y después fotografía a sus víctimas. Ella escribe sobre lo ocurrido y se asegura de que ha plasmado correctamente la historia, porque sabe que él lo revisa todo.La detective Mercedes Barren tiene motivos para perseguirlo: su sobrina fue una víctima. Y también el psiquiatra Martin Jeffers, especialista en delitos sexuales. Una odisea. Una expedición. Una pesadilla que se adentra en el día siguiente… con Retrato en sangre."

Todas las novelas de John Katzenbach comparten el mismo defecto: una propensión desmesurada a rellenar con paja mental aproximadamente unas 200 páginas de media en cada novela, con lo que teniendo en cuenta que suelen constar más o menos de 500 páginas (512, en caso de "Retrato en sangre") casi podemos hablar de la mitad de una obra. Es una lástima, porque Katzenbach sabe construir personajes de gran calado y tramas interesantes, pero sus virtudes se pierden entre sus laberínticas introspecciones, provocando una lectura en ocasiones algo pesada.
"Retrato en sangre" prosigue con esta tónica irregular. La historia comienza con el hallazgo de un cadáver, una joven violada y estrangulada -hay que agradecer que el autor no se regodee en los detalles sórdidos- que resulta ser una más de una larga serie. La diferencia con las demás reside en que esa muchacha es la sobrina de una detective de policía, Mercedes Barren, que, a pesar de que las evidencias señalan a un culpable, decide hacerle caso a su instinto y comenzar una búsqueda del verdadero asesino en solitario, al margen de su departamento y con un solo objetivo en mente: venganza.
Paralelamente, un hombre llamado Douglas Jeffers decide emprender un largo viaje, "un viaje sentimental", tal y como le confía a su hermano psiquiatra. Con la presentación del personaje, sabremos desde el principio la identidad de la némesis particular de la detective Barren, un despiadado asesino en serie que ha consagrado su vida a perfeccionar el arte de la muerte en todas sus variantes posibles. Jeffers, que padece lo que sería el equivalente psicótico de una crisis de mediana edad, decide que ha llegado el momento de tener un cronista que documente su viaje. Y es entonces cuando secuestra a una estudiante universitaria, Anne Hampton, para que se dedique a tan provechosa tarea.
A partir de entonces, la novela se convierte en un juego de búsqueda y captura entre los cuatro personajes: Mercedes Barren, el doctor Jeffers, Douglas Jeffers y Anne Hampton. Es tal el vigor con el que están dibujados estos personajes que todos los demás secundarios son prácticamente anecdóticos y de hecho, la historia está más centrada en los lazos que les unen que en la aventura criminal en sí. Por un lado, el antagonismo entre la detective y el hermano del asesino, que emprenden la búsqueda juntos, cada uno por diversas razones; por otro, el terrorífico tira y afloja entre Jeffers y la joven secuestrada, que se ve obligada a someterse a un aprendizaje a marchas forzadas. La novela se desliza impecablemente por las anchas carreteras por las que circulan sus personajes, pero tropieza cuando somete al lector a la verborrea autoanalítica del asesino, los autofustigamientos de la detective Barren, la extensa culpabilidad del doctor Jeffers. El ritmo va mejorando durante las sesiones de terapia del psiquiatra con sus pacientes, todos ellos asesinos y violadores; es durante esos momentos cuando se desvelan las claves que hacen de la novela una lectura recomendable.

DATOS DEL LIBRO
TÍTULO: "RETRATO EN SANGRE"
AUTOR: JOHN KATZENBACH
EDITORIAL: EDICIONES B
AÑO: 2006
PUNTUACIÓN*** (TRES DISPAROS)

martes, 4 de septiembre de 2007

Reglas de la novela policíaca - S.S. Van Dine

"El relato policiaco es una especie de juego intelectual Es más, llega a ser un acontecimiento deportivo. Y para escribir historias policíacas hay unas leyes muy definidas, quizá no escritas, pero obligatorias; y cualquier maquinador de misterios literarios que se precie trabaja sobre esta base. Lo que aquí sigue es una especie de credo, basado en parte en la práctica de todos los grandes escritores de historias policíacas, y en parte en los impulsos de la honrada conciencia del autor. A saber:
1. El lector ha de tener iguales oportunidades que el detective para resolver el misterio. Todas las pistas deben ser completamente mostradas y descritas.
2. No se debe hacer caer al lector en ninguna trampa o despiste que no sean los legítimamente puestos por el criminal al propio detective.
3. No debe haber intriga amorosa. El asunto es llevar al criminal a manos de la justicia, no llevar a una enamorada pareja al altar del himeneo.
4. Ni el detective, ni ninguno de los investigadores oficiales, podrá nunca revelarse como culpable. Es una truculencia de mal gusto, como ofrecerle a alguien un penique brillante a cambio de una moneda de oro de cinco dólares. Es una pretenciosidad falsa.
5. El culpable debe ser determinado por deducción lógica, no por accidente, coincidencia, o confesión sin motivos. Resolver un problema criminal de esta manera es como llevar al lector de caza y, después de una fatigosa marcha, decirle que tenías la pieza que buscaba todo el rato en tu manga. Un autor así no es mejor que un prestidigitador aficionado.
6. La novela policíaca debe tener un detective, y un detective no es un detective hasta que detecta algo. Su función es reunir pistas que deben conducir hasta la persona que hizo el trabajo sucio en el primer capítulo; y si el detective no llega a su conclusión a través de un análisis de estas pistas, no habrá resuelto su problema mejor que el escolar que saca su respuesta sin demostrar el desarrollo aritmético.
7. En una novela policíaca tiene que haber un cadáver, y cuanto más muerto esté el cadáver, mejor. Ningún delito menor que el asesinato será suficiente. Trescientas páginas son demasiadas para cualquier otro delito que no sea un asesinato. Después de todo, el tiempo del lector y el gasto de energía deben ser recompensados.
8. El problema del crimen debe ser resuelto con medios estrictamente racionales. Métodos para conocer la verdad como cábalas, lectura del pensamiento, sesiones espiritistas, bolas de cristal y cosas por el estilo, están prohibidos. El lector tiene una oportunidad cuando confronta su ingenio con el de un detective racionalista, pero si debe competir con el mundo de los espíritus y hacer persecuciones por la cuarta dimensión o las metafísicas, está derrotado ab initio.
9. No debe haber más que un detective, esto es, un protagonista de la deducción, un deus ex machina. Juntar las mentes de tres o cuatro, o a veces una banda de detectives, para resolver un problema» no es sólo dispersar el interés y romper el rastro directo de la lógica, sino adquirir una ventaja nada limpia sobre el lector. Si hay más de un detective, el lector no sabe quién es su conductor. Es como hacer al lector correr una carrera contra un equipo de relevos.
10. El culpable debe ser una persona que ha formado parte más o menos importante de la historia, esto es, una persona con la que el lector está familiarizado y en la que encuentra un interés.
11. Un sirviente no debe ser escogido por el autor como culpable. Es una solución demasiado fácil. El culpable debe ser decididamente una persona de importancia, alguien que normalmente no caería bajo sospecha.
12. Debe haber un solo culpable, sin importar el número de crímenes que se cometan. El culpable puede, por supuesto, tener un cómplice o ayudante secundario, pero el peso importante debe reposar sobre un solo par de hombros: la indignación del lector debe ser concentrada sobre una única naturaleza negra.
13. Las sociedades secretas, mafias, etc no tienen sitio en una historia policíaca. Un asesinato fascinante y realmente hermoso es arruinado irremediablemente por cualquier culpabilidad compartida. En una novela policíaca, al asesino se le debe tratar con deportividad; pero es ir demasiado lejos proporcionarle una sociedad secreta en la que se pueda refugiar. Ningún criminal con clase que se respete aceptaría tales ventajas.
14. El método del asesinato, y los medios para detectarlo, deben ser racionales y científicos. Esto es, la seudociencia y los instrumentos puramente imaginativos y especulativos no han de ser tolerados en el roman policier. En el momento en que un autor incurre en los terrenos de la fantasía a la manera de Julio Verne, se aparta de los caminos de la acción policíaca, adentrándose en los vastos dominios de la aventura.
15. La verdad debe estar continuamente a la vista, para que la astucia del lector pueda llegar a detectarla. Con esto quiero decir que si el lector, después de conocer la explicación del crimen, vuelve a leer el libro, verá que la solución estaba, en cierto sentido, delante de sus ojos, que todas las pistas señalaban realmente al culpable, y que, si hubiera sido tan listo como el detective, podría haber resuelto el misterio por sí solo sin tener que llegar al último capítulo. No hace falta decir que el lector inteligente resuelve a menudo el problema.
16. Una novela policíaca no debe contener largos pasajes descriptivos, ni profusión de adornos literarios, ni trabajados análisis de caracteres, ni preocupaciones «atmosféricas». Estas cosas no tienen lugar en un relato de crimen y deducción. Entorpecen la acción e introducen aspectos irrelevantes para el propósito principal, que es presentar un problema, analizarlo y ¡levarlo con éxito a una conclusión. Para estar seguros, debe haber las descripciones y dibujo de personajes justos para darle a la novela una verosimilitud.
17. Un delincuente profesional nunca debe cargar con la culpa en una novela policíaca. Los crímenes cometidos por ladrones y bandidos son asunto de los departamentos de policía, no de los autores y brillantes detectives aficionados. Un crimen realmente fascinante es el cometido por un sacerdote o un caballero famoso por sus actos de caridad.
18. En una novela policíaca, el crimen no debe resultar nunca un accidente o un suicidio. Finalizar la odisea de una investigación con tal anticlímax es burlarse de la confianza del lector.
19. Los móviles de todos los crímenes en las novelas policíacas deben ser personales. Los complots internacionales y las políticas de guerra pertenecen a una categoría diferente de ficción -a las historias de espionaje, por ejemplo-. Pero una historia criminal debe mantenerse en la esfera de lo cotidiano, debe reflejar las experiencias habituales del lector, y darle una cierta salida a sus propios deseos y emociones reprimidos.
20. Y (para darle a mi credo unas puntualizaciones finales) incluyo una lista de algunos trucos en los que ningún escritor de historias policíacas que se precie se permitirá caer. Han sido empleados y resultan familiares a todos los verdaderos amantes de la literatura criminal. Usarlos es una confesión de ineptitud y falta de originalidad por parte del autor:
  • a) Determinar la identidad del culpable comparando la colilla dejada en el lugar del crimen con la marca fumada por un sospechoso.
  • b) La falsa sesión espiritista para asustar al culpable y forzar su confesión.
  • c) Falsas huellas dactilares.
  • d) La coartada de la figura simulada.
  • e) El perro que no ladra y con ello revela el hecho de que el asesino es familiar.
  • f) La acusación final contra un gemelo o un pariente que se parece exactamente a la persona sospechosa, pero inocente.
  • g) La jeringa hipodérmica con droga somnífera.
  • h) El crimen en una habitación cerrada por dentro.
  • i) El test de asociación de palabras para descubrir al culpable.
  • j) La carta en clave que es desentrañada por el detective.

S.S. Van Dyne - Septiembre de 1928

lunes, 3 de septiembre de 2007

El coleccionista de huesos - Jeffery Deaver


"Lincoln Rhyme, uno de los principales criminalistas forenses del mundo, está paralítico del cuello para abajo, por lo que vive atado a su cama. Cuando planea suicidarse recibe la llamada de un antiguo compañero: enterrada en una vía de tren del West Side neoyorquino se ha encontrado la mano de un hombre que cogió un taxi del que nunca saldría... su conductor era 'el coleccionista de huesos'. Sólo Rhyme puede descifrar las pistas que va dejando este inteligentísimo psicópata. La oficial de policía Amelia Sachs será sus brazos y sus piernas en una frenética y apasionante carrera para detener el horror."


Vaya por delante comentar que Jeffery Deaver es siempre un autor entretenido pero que muy pocas veces roza lo brillante, más bien por falta de recursos que por falta de talento literario. Se puede decir con toda justicia que su mejor hallazgo es la creación de un personaje atípico como lo es el criminalista Lincoln Rhyme, cuya primera novela es la que nos ocupa. Rhyme es una personalidad científica, de intelecto superdotado, egocéntrico y frío como un pescado pero también es un hombre atormentado, que vive en el infierno de una parálisis completa a excepción de la cabeza y un dedo. En "El coleccionista de huesos", el comienzo de un periplo que ya alcanza varias novelas, Rhyme contacta con una asociación pro-eutanasia para poner fin a su frustrante existencia. Sin embargo, una extraña serie de asesinatos merced a los cuales la policía le pide asesoramiento provocarán que aplace su voluntaria sentencia de muerte.

Como no puede desempeñarse por sí mismo, Rhyme utiliza la ayuda de una atractiva oficial de policía, Amelia Sachs, -también acosada por sus propios demonios personales- que se encargará de recoger pruebas en los escenarios del crimen, siendo estas escenas las más interesantes de la novela.

A partir de ahí, Deaver desarrolla una trepidante historia de las que no dejan respiro hasta el interesante final y que una vez más demuestra la maestría con la que el autor desarrolla las escenas de acción y persecución, 100% cinematográficas, sin dejar de lado otras secuencias mucho más introspectivas en las que Rhyme se debate entre el deseo de morir, provocado por su situación y el de vivir, estimulado por la propia investigación que está llevando a cabo. Hacia la última parte de la novela, esta contraposición cobrará una especial importancia al estar íntimamente relacionada con el caso.

Una historia de Jeffery Deaver siempre garantiza un rato muy entretenido y "El coleccionista de huesos" no defrauda en ese sentido. Quizás donde más flojea el autor es en la reiteración de situaciones, no sólo a lo largo de varias de sus obras sino también dentro de las mismas novelas. También chirría a veces el personaje de Amelia Sachs, una "impresionante pelirroja", ex-modelo de ropa interior, experta en armas de fuego y coches veloces; en resumen, parece un estereotipo de la revista FHM. En otros tramos de la novela también se nos desvela como una mujer más compleja de lo que parece a simple vista, pero sospecho que recursos como los que endosarle una artritis o manías autodestructivas no son más que un intento del escritor para rectificar la imagen casi de heroína de cómic que presenta al inicio.

Flojea Deaver asimismo en los diálogos, que no son malos, sino irregulares y aunque "El coleccionista de huesos" detenta un loable trabajo de documentación, a veces el afán de Deaver por explicar todo lo que ha estudiado sobre un tema lastra la acción de forma innecesaria e incluso resulta irritante.

Para terminar, me gustaría indicar la importante presencia de los secundarios que acompañarán a Rhyme y Sachs durante toda la serie hasta "La carta nº 12", última novela publicada: sobre todo el sufrido Thom, enfermero del criminalista; los detectives Lon Sellitto y Fred Dellray y también algunos personajes relacionados con una novela en concreto que reaparecen más tarde, a modo de cameo.

DATOS DEL LIBRO
TÍTULO: "EL COLECCIONISTA DE HUESOS"
AUTOR: JEFFERY DEAVER
EDITORIAL: SUMA DE LETRAS
AÑO: 1997
PUNTUACIÓN DE "LA TELARAÑA DE HIELO" *** (TRES DISPAROS)

viernes, 24 de agosto de 2007

Lugar de ejecución - Val McDermid

LUGAR DE EJECUCIÓN


"Invierno de 1963, dos adolescentes desaparecen en Manchester. Poco después, en una aldea perdida de Derbyshire, desaparece Alison Carter,otra jovencita de trece años. Para el inspector George Bennet es el principio de un caso terriblemente angustioso: un crimen sin cadáver, un misterio indescibrable entre personajes impenetrables cuyos secretos muy bien guardados no salen a la luz hasta muchos años más tarde."

El pasado y el presente se encuentran de manera magistral en una novela sorprendente. La desaparición de una adolescente en un pueblo aislado y endogámico desenterrará pecados tan aberrantes que sólo una particular clase de justicia será capaz de redimirlos.

La investigación del inspector Bennet resulta improductiva hasta muchos años después, cuando una joven escritora muestra interés por el caso; el regreso al lugar de los hechos traerá consecuencias insospechadas. El conocimiento de nuevos datos sobre el caso provocará un radical cambio de perspectiva en la novela y en los lectores; la brillante resolución final, tan evidente y al mismo tiempo tan inesperada, atará todos los cabos sueltos que la antigua investigación no fue capaz de conectar.

Val McDermid es una escritora de novelas de suspense que han sido distinguidas con varios de los mejores premios del género policíaco (el Gold Dagger, el Book of the Year del New York Times, etc...) por varias de sus novelas. En esta obra, su primera novela publicada en español, ha logrado una de las más raras proezas de la que es capaz un autor de género negro: sorprender.
DATOS DEL LIBRO:
TÍTULO: "LUGAR DE EJECUCIÓN"
AUTOR: VAL MCDERMID
EDITORIAL: RBA EDITORES
AÑO: 2006
PUNTUACIÓN DE "LA TELARAÑA DE HIELO": ***** (CINCO DISPAROS)

lunes, 20 de agosto de 2007

El teatro oscuro - Christopher Fowler





"Un atentado con bomba en Londres mata al detective octogenario Arthur Bryant. Para su compañero, John May, su pérdida significa el fin de una amistad de más de medio siglo.Buscando pistas, May investiga las notas de su amigo sobre su primer caso y pronto se da cuenta de que el pasado ha vuelto... con intenciones asesinas. La representación de Orfeo en el infierno, varias décadas atrás, fue el detonante de una serie de crímenes que arrastró a los jóvenes detectives hacia un macabro misterio. Londres, entonces bajo el yugo de la Gran Guerra, temblaba ante un asesino que acechaba en sus teatros creando su propio drama macabro. Ahora, el siniestro homicida ha vuelto para acabar con uno de ellos... y está listo para matar a su compañero."

"El teatro oscuro", perteneciente a una serie policíaca protagonizada por dos detectives octogenarios, Arthur Bryant y John May, viene a aportar una nueva joya a ese gran subgénero que son las novelas de crimen y misterio ambientadas en la 2ª Guerra Mundial. En este caso, gran parte de la trama se desarrolla en el marco de una Inglaterra bombardeada, cercada por una violencia que es tanto física como moral. En esa época, los detectives protagonistas son dos jovenzuelos de muy distinto talante abocados a un misterioso departamento policial, la Unidad de Crímenes Peculiares, donde tendrán que vérselas con una serie de sangrientos asesinatos en el teatro Palace, durante los ensayos del "Orfeo" de Offenbach. Los ecos de esta historia reverberan en el presente, cuando un anciano Bryant muere repentinamente en una explosión de bomba.

Lo que convierte esta obra en una recomendación de calidad es su acertadísima composición, mezcla sutil de elementos dispares que acaban por encajar para conformar un estilo único. La prosa de Fowler, entre oscura, humorística e incluso poética se convierte en un aliciente, por sí solo, para leer la novela. Pero tampoco se puede desdeñar el inolvidable retrato de dos protagonistas, los citados Bryant y May, tan carismáticos como cualquier amante del género detectivesco podría soñar. Las partes que se refieren la la relación y a la personalidad de ambos detectives son maravillosas.

En cuanto a la historia, una siniestra mascarada donde nada es lo que parece, se logra en todo momento una atmósfera inquietante en la que resulta casi imposible adivinar lo que sucederá a continuación. El juego de sombras y luces, interiores y exteriores, realidad y ficción se acompaña de una vivísima semblanza de los tiempos de la guerra, siendo las partes ambientadas en el pasado sin duda las mejores.

El desenlace de esta espléndida novela, se mantiene a la altura, tan impecable como el resto de la novela y sin desviarse ni un momento de la idea central.

En definitiva, Christopher Fowler, todavía un autor poco conocido por estos lares, ha entrado por la puerta grande de la calidad. Esperemos publiquen en España el resto de su serie sobre Bryant y May, en las que se relatarán nuevos casos resueltos en el pasado por la Unidad de Crímenes Peculiares.

DATOS DEL LIBRO

TÍTULO: "EL TEATRO OSCURO"
AUTOR: CHRISTOPHER FOWLER
EDITORIAL: LA FACTORÍA DE IDEAS
AÑO: 2006

PUNTUACIÓN "LA TELARAÑA DE HIELO": **** (CUATRO DISPAROS)